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El Cid se despide del rey

Regalos

Todas las cosas se hicieron como se habían pensado.

Dijo el Cid: “Rey don Alfonso, señor mío tan honrado, en recuerdo de estas vistas, quered aceptarme algo.

Traigo treinta palafrenes, todos bien enjaezados, treinta caballos ligeros, todos muy bien ensillados, aceptadlos y dejadme, señor, besaros las manos”.

“Mío Cid, me tenéis ya de tanto obsequio colmado.

Estos caballos acepto que vos me habéis regalado, y que quiera el Creador y con Él todos los santos que ese placer que me dais os sea muy bien premiado.

Cid Ruy Díaz de Vivar, vos mucho me habéis honrado, me servís muy bien y estoy contento de tal vasallo.

Si Dios me da vida, Cid, yo os premiaré con algo.

Al Señor os encomiendo, de esta entrevista me marcho y Dios quiera dar buen fin a lo que aquí concertamos”.

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