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Jimena despide a sus hijas

El Cid cabalga para despedir a los viajeros

Agüeros malos

Esos abrazos y besos la madre dobles los daba:

„Id con Dios, dijo, hijas mías y que el Creador os vaga, el amor de vuestro padre y el mío os acompañan.

Id a Carrión, que tenéis allí heredades y casas; me parece a mí, hijas mías, que os tengo bien casadas.”

A su padre y a su madre las dos manos besaban, les dan el Cid y su esposa su bendición y su gracia.

Ya don Rodrigo y los suyos a cabalgar empezaban, llevan muy ricos vestidos, muchos caballos y armas.

Los infantes de Carrión dejan Valencia la clara, adiós dijeron a sus compañeros y a las damas.

Por la puerta de Valencia salen corriendo las armas, alegre va Mío Cid y aquellos que le acompañan.

Pero ha visto en los agüeros Mío Cid bien a las claras que aquellos dos casamientos han de tener una tacha.

Mas no puede arrepentirse, que ya casadas estaban.

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