Minaya, en peligro.
El Cid hiere a Fáriz
Al buen Minaya Álvar Fáñez le mataron el caballo pero a socorrerle fueron las mesnadas de cristianos.
La lanza tiene quebrada, a la espada metió mano, aunque luchaba de pie buenos tajos iba dando.
Ya le ha visto Mío Cid Ruy Díaz el Castellano, se va para un jefe moro que tenía buen caballo y con la mano derecha descárgale fuerte tajo, por la cintura le corta y le echa en medio del campo.
Al buen Minaya Álvar Fáñez le fue a ofrecer el caballo.
“Cabalgad en él, Minaya, que vos sois mi diestro brazo.
Hoy de todo vuestro apoyo me veo necesitado;
muy firmes están los moros, no ceden aún el campo: es menester que otra vez fuertes les arremetamos”.
Montó a caballo Minaya, y con su espada en la mano por entre las fuerzas moras muy bravo siguió luchando.
Enemigos que él alcanza la vida les va quitando.
Mientras tanto Mío Cid de Vivar el bienhadado
al emir Fáriz tres tajos con la espada le ha tirado le fallan los dos primeros, el tercero le ha acertado; ya por la loriga abajo va la sangre destilando, vuelve grupas el emir para escaparse del campo.
Por aquel golpe del Cid la batalla se ha ganado.