CAPÍTULO XXII.

etíope Griego
1. Y después de estos olores fragantes, cuando miré hacia el norte sobre las montañas vi siete montañas llenas de nardos selectos y árboles fragantes y canela y pimienta. 1. Al noreste vi siete montañas llenas de nardo selecto y lentisco y canela y pimienta

2. Y desde allí crucé las cumbres de ⌈todas⌉ estas montañas, lejos hacia el este ⌈de la tierra⌉, y pasé sobre el mar Eritreo y me alejé de él, y pasé sobre ⌈⌈el ángel⌉⌉ Zotîêl.

etíope Griego
3. Y llegué al Jardín de la Justicia, y vi más allá de esos árboles muchos árboles grandes que crecían allí y de buena fragancia, grandes, muy hermosos y gloriosos, y el árbol de la sabiduría del cual comen y conocen gran sabiduría. 3. Y llegué al Jardín de la Justicia, y de lejos árboles más numerosos que estos árboles y grandes -†dos† árboles allí, muy grandes, hermosos, y gloriosos, y magníficos, y el árbol del conocimiento, cuyo santo comen frutos y conocen gran sabiduría.


4. ⌈Ese árbol es en altura como el abeto, y sus hojas son⌉ como (las del) algarrobo: y su fruto es como los racimos de la vid, muy hermoso: y la fragancia del árbol penetra hasta lejos. 5. Entonces dije: '¡Qué hermoso es el árbol y qué atractivo es su aspecto!' 6. Entonces Rafael el santo ángel, que estaba conmigo, me respondió ⌈⌈y dijo⌉⌉: 'Este es el árbol de la sabiduría, del cual tu padre anciano (en años) y tu anciana madre, que fueron antes de ti, tienen comieron, y aprendieron sabiduría y sus ojos fueron abiertos, y conocieron que estaban desnudos y fueron echados del jardín.'

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