LX. Temblores del Cielo: Behemoth y Leviatán: los Elementos.

CAPÍTULO LX.

1. En el año quinientos, en el mes séptimo, el día catorce del mes en la vida de †Enoc†. En aquella parábola vi cómo un gran temblor hizo temblar el cielo de los cielos, y el ejército del Altísimo, y los ángeles, mil mil y diez mil veces diez mil, se turbaron con gran inquietud. 2. Y la Cabeza de los Días se sentó en el trono de Su gloria, y los ángeles y los justos lo rodearon.


3. Y un gran temblor se apoderó de mí,

Y el miedo se apoderó de mí,

Y mis lomos cedieron,

y se disolvieron mis riendas,

Y caí sobre mi rostro.


4. Y Miguel envió otro ángel de entre los santos y me resucitó, y cuando me hubo resucitado mi espíritu volvió; porque no había podido soportar la mirada de este ejército, y la conmoción y el temblor del cielo. 5. Y Miguel me dijo: '¿Por qué te inquietas con tal visión? Hasta este día duró el día de Su misericordia; y Él ha sido misericordioso y paciente con los que moran en la tierra. 6. Y cuando venga el día, y el poder, y el castigo, y el juicio, que el Señor de los espíritus ha preparado para los que no adoran la ley justa, y para los que niegan el justo juicio, y para los que toman Su nombre en vano: ese día está preparado, para los elegidos un pacto, pero para los pecadores una inquisición.'

25. Cuando el castigo del Señor de los Espíritus descanse sobre ellos, descansará para que el castigo del Señor de los Espíritus no venga en vano, y matará a los niños con sus madres y a los niños con sus padres. . Después se llevará a cabo el juicio según Su misericordia y Su paciencia.'

7. Y en ese día se separaron dos monstruos, un monstruo femenino llamado Leviatán, para morar en los abismos del océano sobre las fuentes de las aguas. 8. Pero el varón se llama Behemoth, que ocupó con su pecho un desierto desierto llamado †Dûidâin†, al este del jardín donde moran los elegidos y los justos, donde fue llevado mi abuelo, el séptimo desde Adán, el primer hombre que el Señor de los espíritus creó. 9. Y le rogué al otro ángel que me mostrara el poder de esos monstruos, cómo fueron separados en un día y arrojados, uno a los abismos del mar, y el otro a la tierra seca del desierto. 10. Y él me dijo: 'Tú, hijo de hombre, en esto buscas saber lo que está escondido.'

11. Y el otro ángel que iba conmigo y me mostró lo que estaba oculto, me dijo lo que hay primero y último en el cielo en lo alto, y debajo de la tierra en lo profundo, y en los extremos del cielo, y en el fundamento del cielo 12. Y las cámaras de los vientos, y (cómo) los vientos se dividen, y cómo se pesan, y cómo se cuentan los portales de los vientos, cada uno según el poder del viento, y el poder de las luces de la luna, y según la potencia que conviene; y las divisiones de las estrellas según sus nombres, y cómo se dividen todas las divisiones. 13. Y los truenos según los lugares donde caen, y todas las divisiones que se hacen entre los relámpagos para que ilumine, y su hueste para que obedezcan al mismo tiempo. 14. Porque el trueno tiene †lugares de descanso† (que) le son asignados (a él) mientras espera su repique; y el trueno y el relámpago son inseparables, y aunque no son uno ni son indivisos, ambos van juntos por el espíritu y no se separan. 15. Porque cuando el relámpago se enciende, el trueno emite su voz, y el espíritu impone una pausa durante el repique, y se divide por igual entre ellos; porque el tesoro de sus repiques es como la arena, y cada uno de ellos, al repiquetear, está sujeto con un freno, y por el poder del espíritu los hace retroceder, y los empuja hacia adelante según las muchas regiones de la tierra. 16. Y el espíritu del mar es masculino y fuerte, y de acuerdo con el poder de su fuerza lo hace retroceder con una rienda, y de la misma manera es empujado hacia adelante y se dispersa entre todas las montañas de la tierra. 17. Y el espíritu de la escarcha es su propio ángel, y el espíritu del granizo es un ángel bueno. 18. Y el espíritu de la nieve ha abandonado (sus cámaras) a causa de su fuerza. Hay un espíritu especial en él, y lo que asciende de él es como humo, y su nombre es escarcha. 19. Y el espíritu de la niebla no está unido con ellos en sus cámaras, sino que tiene una cámara especial; porque su curso es †glorioso† tanto en la luz como en la oscuridad, y en el invierno y en el verano, y en su cámara hay un ángel. 20. Y el espíritu del rocío tiene su morada en los extremos del cielo, y está conectado con las cámaras de la lluvia, y su curso es en invierno y verano: y sus nubes y las nubes de la niebla están conectadas, y el uno da al otro. 21. Y cuando el espíritu de la lluvia sale de su cámara, los ángeles vienen y abren la cámara y lo sacan, y cuando se difunde sobre toda la tierra se une con el agua sobre la tierra. Y siempre que se una con el agua sobre la tierra... 22. Porque las aguas son para los que moran en la tierra; porque son alimento para la tierra del Altísimo que está en los cielos: por tanto, hay una medida para la lluvia, y los ángeles la toman en cuenta. 23. Y estas cosas vi hacia el Jardín de los Justos. 24. Y el ángel de paz que estaba conmigo me dijo: 'Estos dos monstruos, preparados conforme a la grandeza de Dios, se alimentarán...

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