CAPÍTULO LXI.
1. Y vi en aquellos días cuán largas cuerdas les fueron dadas a aquellos ángeles, y ellos tomaron alas y volaron, y fueron hacia el norte.
2. Y le pregunté al ángel, diciéndole: '¿Por qué esos (ángeles) han tomado estas cuerdas y se han ido?' Y me dijo: 'Han ido a medida'.
3. Y el ángel que iba conmigo me dijo:
Estos traerán las medidas de los justos,
y las cuerdas de los justos a los justos,
Para que permanezcan en el nombre del Señor de los espíritus por los siglos de los siglos.
4. Los elegidos comenzarán a morar con los elegidos,
Y esas son las medidas que se darán a la fe
y que fortalecerá la justicia.
5. Y estas medidas revelarán todos los secretos de las profundidades de la tierra,
Y los que han sido destruidos por el desierto,
y los que han sido devorados por las fieras,
y los que han sido devorados por los peces del mar,
Para que puedan volver y quedarse ellos mismos
En el día del Elegido;
Porque nadie será destruido ante el Señor de los Espíritus,
Y ninguno puede ser destruido.
6. Y todos los que habitan arriba en el cielo recibieron un comando y poder y una voz y una luz como el fuego.
7. Y aquel Uno (con) sus primeras palabras bendijeron,
Y exaltado y alabado con sabiduría,
Y eran sabios en la palabra y en el espíritu de vida.
8. Y el Señor de los Espíritus colocó al Elegido en el trono de la gloria.
Y él juzgará todas las obras del santo arriba en el cielo,
y en la balanza se pesarán sus obras.
9. Y cuando alce su rostro
Para juzgar sus caminos secretos de acuerdo con la palabra del nombre del Señor de los espíritus,
y su camino según el camino del justo juicio del Señor de los Espíritus,
Entonces todos a una voz hablarán y bendecirán,
Y glorificad, exaltad y santificad el nombre del Señor de los espíritus.
10. Y convocará a todo el ejército de los cielos, y a todos los santos de lo alto, y al ejército de Dios, a los querubines, a los serafines y a los ofaninos, a todos los ángeles de poder, a todos los ángeles de los principados y a los elegidos. Uno, y el otro poderes sobre la tierra (y) sobre el agua. 11. En ese día levantará una voz, y bendecirá y glorificará y exaltará en el espíritu de fe, y en el espíritu de sabiduría, y en el espíritu de paciencia, y en el espíritu de misericordia, y en el espíritu de juicio y de paz, y con espíritu de bondad, y dirán todos a una voz: "Bendito sea, y sea bendito el nombre del Señor de los espíritus por los siglos de los siglos".
12. Todos los que no duermen arriba en el cielo lo bendecirán:
Todos los santos que están en el cielo lo bendecirán.
Y todos los elegidos que habitan en el jardín de la vida:
Y todo espíritu de luz que sea capaz de bendecir, glorificar, exaltar y santificar tu bendito nombre,
Y toda carne sobremanera glorificará y bendecirá tu nombre por los siglos de los siglos.
13. Porque grande es la misericordia del Señor de los espíritus, y Él es paciente,
Y todas sus obras y todo lo que ha creado
Él ha revelado a los justos y elegidos
En el nombre del Señor de los Espíritus.