CAPÍTULO XCIV.
1. Y ahora os digo, hijos míos, amad la justicia y andad en ella;
Porque los caminos de la justicia son dignos de ser aceptados,
Pero los caminos de la injusticia serán repentinamente destruidos y desaparecerán.
2. Y a ciertos hombres de una generación se les revelarán los caminos de la violencia y de la muerte,
y se mantendrán lejos de ellos,
y no los seguirá.
3. Y ahora os digo a vosotros los justos:
No andéis por las sendas de la maldad, ni por las sendas de la muerte,
Y no os acerquéis a ellos, para que no seáis destruidos.
4. Mas buscad y elegid para vosotros la justicia y una vida escogida,
y caminar por los senderos de la paz,
Y viviréis y prosperaréis.
5. Y retened mis palabras en los pensamientos de vuestros corazones,
Y no dejéis que se borre de vuestros corazones;
Porque sé que los pecadores tentarán a los hombres a implorar la sabiduría,
para que no se halle lugar para ella,
Y ninguna forma de tentación puede disminuir.