Del método que debe seguirse en estas indagaciones

Debemos hacer un esfuerzo para encontrar, por medio de la te-oría y del razonamiento, en todas estas cuestiones, la verdad, cuya demostración apoyaremos con el testimonio de los hechos y con ejemplos incontestables. Lo mejor sin contradicción sería dar soluciones que fueren adoptadas unánimemente; pero si no podemos obtener este asentimiento general, será preciso, por lo menos, presentar una opinión, a la que, poco a poco y con algunos intervalos, se sometan todos los hombres, porque todos tienen en sí mismos cierta tendencia natural y especial hacia la verdad, y, partiendo de estos principios, es cómo se hace indispensable demostrar a los hombres lo que se quiere que aprendan.

Basta que las cosas sean verdaderas, aun cuando al pronto no sean claras, para que la claridad se produzca más tarde, a medida que se adelanta en la discusión, deduciendo siempre las ideas más conocidas de las que al principio habían sido expuestas confusamente. Pero en todas las materias las teorías tienen más o menos importancia, según que son filosóficas o no lo son. Por esta razón, ni aun en política debe mirarse como un estudio inútil el indagar, no sólo el hecho, sino también la causa, porque esta última indagación es esencialmente filosófica en todos los asuntos.

Por lo demás, siempre es conveniente en este punto proceder con cierta reserva, porque hay gentes que, con el pretexto de que el filósofo no debe hablar jamás a la ligera, sino siempre con reflexión, no se percatan de que muchas veces se salen ellos fuera de la cuestión y se entregan a digresiones completamente vanas. Unas veces nace esto de pura ignorancia y otras de presunción, y hasta sucede que personas hábiles y muy capaces de obrar por sí mismas pasan por ignorantes y como si no tuvieran ni pudieran tener sobre la materia que se discute la menor idea fundamental ni práctica.

La falta que cometen nace de que no son bastante instruidos, porque es una falta de instrucción en cualquier materia no saber distinguir los razonamientos que realmente se refieren a ella de los que son extraños a la misma. Por otra parte, se obra perfectamente cuando se juzga con separación el razonamiento 13 que intenta demostrar la causa y la cosa misma que se demuestra. El primer motivo es el que acabamos de decir: a saber, que no hay que fiarse sólo de la teoría y del razonamiento, pues muchas veces es preciso más bien tomar en cuenta los hechos.

Pero en este caso se ve uno forzado a atenerse a lo que se os dice, porque no puede por sí mismo dar la solución que busca.

En segundo lugar, sucede más de una vez que lo que parece demostrado por el simple razonamiento es verdadero, pero que, sin embargo, no lo es mediante la causa en que se apoya este razonamiento, porque se puede demostrar lo verdadero por lo falso, como puede verse en los Analíticos.

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