CAPITULO 11

El contrario de bueno debe ser malo, y eso se puede probar por inducción. El contrario de la salud es la enfermedad, y el del valor, la cobardía, etc. Sin embargo, el contrario de un vicio o un mal puede ser un bien o puede ser un mal. Por ejemplo, un defecto es un mal, y su contrario, el exceso, es también un mal. Mientras que el término medio, que es contrario de ambos en el mismo grado, es un bien.

Hallaremos, con todo, pocas excepciones de esta clase y, generalmente hablando, es verdad que el contrario de un mal es un bien.

No se sigue con necesidad que, si existe uno de los contrarios, deba también existir el otro de ellos. Supongamos que todas las cosas estén sanas. Solo habrá salud, no enfermedad. O bien supongamos que todas las cosas se vuelven blancas. Existirá solo el blanco, no el negro.. Además, puesto que Sócrates enfermo es el contrario de Sócrates bueno, y no pueden existir simultáneamente ambos contrarios en un mismo individuo, si uno de los contrarios existe, no puede entonces existir el otro. Pues, suponiendo que «él está bueno» fuera el hecho real, «el está enfermo» no podría ser también un hecho.

Esto resultará. evidente también así. Los sujetos de cualidades contrarias deben tener la misma especie o género. La saltad y la enfermedad, en efecto, tienen por sujeto el cuerpo de algunas criaturas vivas, y el color blanco y el color negro un cuerpo que no necesita ulterior especificación. Y de igual manera; la injusticia y la justicia tienen su fundamento en las almas de la especie humana.

Necesariamente, dos cualidades contrarias o bien pertenecen a un mismo género, o a géneros contrarios, cuando ellas mismas no son géneros. El blanco, por ejemplo, y el negro pertenecerán al mismo género, el color. La justicia, en cambio, y la injusticia caerán bajo dos géneros contrarios, que llamaremos virtud y vicio. El bien y el mal no corresponden a ningún género, por ser ellos mismos géneros, con especies subordinadas.

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