La acción humana sobre la naturaleza está determinada por las leyes naturales. No puede derrotarla porque está gobernada por ella.
Cuando el hombre emprende actos aparentemente hostiles a la naturaleza, sólo obedece a las leyes de esa misma naturaleza.
Esta subordinación no es esclavitud porque el hombre es parte de la naturaleza y no externo a ella. Pero sí hay una naturaleza de la que debe liberarse: la naturaleza externa, no puede escaparse de ella, pero sí vencerla a través del conocimiento de las leyes que la rigen.
El hombre debe aplicar el mismo método para la corrección de su propia naturaleza (debilidades, imperfecciones).