La sociedad precede y sobrevive a todo individuo.
No cabe una rebelión contra la sociedad que es naturaleza y no es ni buena ni mala.
La sociedad y el individuo interactúan entre sí, siendo la acción del individuo sobre la sociedad una acción de la sociedad sobre ella misma.
Desde el punto de vista idealista, los santos asociales y anacoretas representan el ideal del individuo por tener alma infinita, inmortal y plena.