[II]

Cuando llega diciembre y las lluvias abundan,

ellas con las acacias tornan a florecer,

tan puras y tan frescas y tan llenas de aroma

como aquellas que un tiempo con fervor adoré.

¡Loca ilusión la mía es en verdad, bien loca

cuando mi propia mano honda tumba les dio!

Y ya no son aquellas en cuyas hojas pálidas

deposité mis besos... ni yo la misma soy.