LXV

Pensaban que estaba ocioso

en sus prisiones estrechas,

y nunca estarlo ha podido

quien firme al pie de la brecha,

en guerra desesperada

contra sí mismo pelea.

Pensaban que estaba solo,

y no lo estuvo jamás

el forjador de fantasmas,

que ve siempre en lo real

lo falso, y en sus visiones

la imagen de la verdad.