[I]

Su ciega y loca fantasía corrió arrastrada por el vértigo,

tal como arrastra las arenas el huracán en el desierto.

Y cual halcón que cae herido en la laguna pestilente,

cayó en el cieno de la vida, rotas las alas para siempre.

Mas aun sin alas cree o sueña que cruza el aire, los espacios,

y aun entre el lodo se ve limpio, cual de la nieve el copo blanco.