XXX

Aún parece que asoman, tras del Miranda altivo,

de mayo los albores, ¡y pasó ya setiembre!

Aún parece que torna la errante golondrina,

y en pos de otras regiones ya el raudo vuelo tiende.

Ayer flores y aromas, ayer canto de pájaros

y mares de verdura y de doradas mieses;

hoy nubes que sombrías hacia Occidente avanzan,

el brillo del relámpago y el eco del torrente.

Pasó, pasó el verano rápido, como pasa

un venturoso sueño del amor en la fiebre,

y ya secas las hojas en las ramas desnudas,

tiemblan descoloridas esperando la muerte.

¡Ah, cuando en esas noches tormentosas y largas

la luna brille a intervalos sobre la blanca nieve,

¡de cuántos, que dichosos ayer la contemplaron,

alumbrarán la tumba sus rayos transparentes!