A UNA VIUDA.

Ostentabas ayer la negra toca,

Del luto el trage y el tupido velo,

Y no sentir piedad de tanto duelo

Era tener el corazón de roca.

Hoy en el baile seductor, provoca

Al gozo tu mirar; parece un cielo

Tu régio trage azul, y amante anhelo

Alienta al verte la esperanza loca.

Goce en la tumba de eternal reposo

Quien su nombre y amor te diera un día,

Jurando en el altar ser fiel esposo.

¡Quién en los muertos piensa! la alegría

Irradie, Célia, en tu semblante hermoso,

Sin llorar por quien tanto te quería.