DARIO MAZUERA

Un ave huyendo la tormenta impía

Que recio rebramaba allí en su suelo,

El nido abandonó, tendiendo el vuelo

A las riberas de mi patria un día.

En sus cantos, raudales de armonía

Dulce vertió con incesante anhelo,

Y en el pensil de Yucatan el cielo

Encontró del amor que apetecía.

¡Mas ay! el ave que del Cauca vino,

Era un ave á morir predestinada

De ardiente juventud en el camino.

Sorda rugió la tempestad airada

Para cumplirse su fatal destino,

Y yace ruiseñor en tumba helada.

Share on Twitter Share on Facebook