EL FUNERAL DE MI MADRE.

(14 de Enero de 1884).

La postrera oración bajo la nave

Del espacioso templo resonaba,

Y el concurso, apenado, se alejaba

Con paso lento, silencioso y grave.

En la alta torre, su graznido el ave

Al ver cerrar el féretro lanzaba,

Y por única prenda me quedaba

De aquel bruñido féretro la llave.

Al peso de tan rudas emociones

En horrible letargo me adormia

Y volaba á otros mundos ignorados....

Y ya no supe más; de los blandones

El resplandor siniestro ya no heria

Mis tristes ojos de llorar cansados.

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