ELVIRA.

Los Puritanos

Por destronada majestad te deja

En el abismo del dolor hundida,

A tí, su encantadora prometida,

Arturo, infiel, y sin piedad se aleja

No mira que en tus sienes se refleja

Corona de los cielos desprendida;

De las promesas del amor se olvida

Y parte así, sin escuchar tu queja.

El llanto enjuga; tornará el perjuro,

Y tras las horas de la pena impía

Tendrás, Elvira, bienestar seguro.

¡Oh dulce alondra, cuando brille el día

Tu amado volverá; que es un conjuro

De tu canto sin par la melodía.