EN LA MUERTE DEL POETA W. R.

Tu dulce canto en los risueños días

De la alegre niñez, me embelesaba,

Y de jóven soñé que interpretaba

En sus notas de amor, las ansias mias.

Vinieron de la ausencia las sombrías

Horas, que nunca de llorar acaba

Mi triste corazón, y en tí pensaba

Al cantar, como tú, melancolías.

La brisa de la patria me ha traido

De tu muerte fatal la infausta nueva,

Cisne canoro de mi Edén perdido;

Y ella al tornar á tu sepulcro lleva

Lamentos de mi pecho dolorido

Que tu memoria sin cesar renueva.