ADORACIÓN.

Jamás igual á tí, jamás tan bella

Eva ostentóse en el Edén perdido,

Ni fué su tallo cual tu talle erguido

Que con altiva majestad descuella

No de la tarde la luciente estrella,

Diamante en el espacio suspendido,

El brillo de tus ojos ha tenido;

La dulce luz que tu mirar destella.

¿Quién te puede igualar? quién al encanto

De la belleza, la virtud aduna

Cual tú que guardas virginal tesoro?

Por eso, Lélia, con cariño santo

En tí fundo mi bien y mi fortuna,

Y cual se adora á Dios, así te adoro.