VIOLETA.

La Traviata.

¡Oh mujer celestial, gloria del arte!

A cuánto alcanzan de tu voz sonora

La magia y el poder! ¿quién no te adora,

Ni quién te puede ver sin admirarte?

Dispuesto el corazón á perdonarte

Se encuentra, si apareces pecadora

En Violeta infeliz, y atronadora

Salva de aplausos rompe á saludarte.

En vano grita la razon severa

Que nadie preste abrigo bondadoso

A quien las leyes del honor vulnera:

Al escuchar tu canto melodioso

Te brinda el alma compasion sincera,

Y olvida tu pasado tormentoso.