Muchos de los sueños cuyo análisis hemos desarrollado en páginas precedentes muestran un contenido manifiesto total o fragmentariamente absurdo. No creemos, pues, conveniente aplazar por más tiempo la investigación del origen y significado de esta singular circunstancia, que, como ya señalamos, ha ofrecido a los detractores del fenómeno onírico un principalísimo argumento para no ver en él sino un desatinado producto de una actividad mental reducida y disgregada.
Comenzaremos por exponer algunos ejemplos en los que la absurdidad del contenido manifiesto no es sino una apariencia, que se desvanece en cuanto profundizamos algo en el sentido del sueño. Todos ellos coinciden -a primera vista casualmente- en presentar como un personaje principal al difunto padre del sujeto correspondiente.