Escena VI

Curianito el Nene, Alacrancito el Cortamimbres y Curiana Nigromántica

CURIANITO.— (Dirigiéndose a su amapola.)
Amapola, ya he visto mi estrella misteriosa.

ALACRANClTO.— (Tumbado panza arriba en el prado, y como en un limbo caótico.)
Me comí nueve moscas, un lagarto, una abeja,
una colmena entera.

CURIANITO.— Mi corazón se queja
¡De un amor que ya siente!

CURIANA NIGROMÁNTICA.— (Sale de la cuevecita y llega muy seria junto a Curianito, poniéndole una mano en el hombro.)
Curianito, tu suerte
Depende de las alas de esa gran mariposa.
No la mires con ansias porque puedes perderte.
Te lo dice tu amiga, ya vieja y achacosa.
(Haciendo un círculo en la tierra con un palito.)
Este círculo mágico lo dice claramente.
Si de ella te enamoras, ¡ay de ti!, morirás.
Caerá toda la noche sobre tu frente.
La noche sin estrellas donde te perderás…
Medita hasta la tarde.
(Vase)

CURIANITO.— (Declamando donjuanescamente.)
¿Qué tengo en mi cabeza?
¿Qué madejas de amores me ha enredado aquí el viento?
¿Por qué ya se marchita la flor de mi pureza
Mientras otra flor nace
Dentro del pensamiento?
¿Quién será la que viene robando mi ventura
De alas estremecidas, blancas como el armiño?
Me volveré tristeza sobre la noche oscura
Y llamaré a mi madre como cuando era niño.
¡Oh amapola roja que ves todo el prado!
Como tú de linda yo quisiera ser.
Como las tristezas de este enamorado
Llorando el rocío del amanecer.

(Se sienta en la piedra y llora con la cabecita entre las manos. El Alacrancito Cortamimbres se levanta con dificultad y, dando tumbos, va cantando con su voz cavernosa.)

ALACRANCITO.— Que las hojitas del mastranzo
Son dulcecitas, ay, de tomar.
Tatará, tatará, tatará.

Telón

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