La Zapatera y luego un Niño.
ZAPATERA. Cállate, larga de lengua, penacho
de catalineta, que si yo lo he hecho... si yo lo he
hecho, ha sido por mi propio gusto.. Si no te metes dentro de tu casa lo hubiera arrastrado,
viborilla empolvada; y esto lo digo para que me
oigan todas las que están detrás de las venta-
nas. Que más vale estar casada con un viejo,
que con un tuerto, como tú estás. Y no quiero
más conversación, ni contigo ni con nadie, ni
con nadie, ni con nadie. (Entra dando un fuerte
portazo.) Ya sabía yo que con esta clase de gen-
te no se podía hablar ni un segundo. . pero la culpa la tengo yo, yo y yo... que debí estarme
en mi casa con... casi no quiero creerlo, con mi
marido. Quién me hubiera dicho a mí, rubia
con los ojos negros, que hay que ver el mérito que esto tiene, con este talle y estos colores tan
hermosísimos, que me iba a ver casada con...
me tiraría del pelo. (Llora. Llaman a la puerta.)
¿Quién es? (No responden y llaman otra vez.)
¿Quién es? (Enfurecida.)