A QUIEN LEYERE

Esta filosofía cortesana, el curso de tu vida en un discurso, te presento hoy, lector juicioso, no malicioso. Y aunque el título está ya provocando ceño, espero que todo entendido se ha de dar por desentendido, no sintiendo mal de sí. He procurado juntar lo seco de la filosofía con lo entretenido de la invención, lo picante de la sátira con lo dulce de la épica, por más que el rígido Gracián lo censure, juguete de la traza en su más sutil que provechosa Arte de ingenio. En cada uno de los autores de buen genio he atendido á imitar lo que siempre me agradó, las alegorías de Homero, las ficciones de Esopo, lo doctrinal de Séneca, lo juicioso de Luciano, las descripciones de Apuleyo, las moralidades de Plutarco, los empeños de Eliodoro, las suspensiones del Ariosto, las crisis del Boquelino y las mordacidades de Barclayo. Si lo habré conseguido, siquiera en sombras, tú lo has de juzgar.

Comienzo por la hermosa naturaleza, paso á la primorosa arte y paro en la útil moralidad. He dividido la obra en dos partes, treta de discurrir lo penado, dejando siempre picado el gusto, no molido.

Si esta primera te contentare, te ofrezco luego la segunda, ya dibujada, ya colorida; pero no retocada, y tanto más crítica cuanto son más juiciosas las otras dos edades de quienes se filosofa en ella.

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