18 de julio de 1936

No se me olvida. No se me olvidará nunca. Acababa yo de regresar a mi casa, en Madrid, en la avenida de Menéndez Pelayo, 19, duplicado, después de un día de rudo trabajo. Desde las siete de la mañana hasta la caída de la tarde, había estado rodando exteriores de una película titulada "Carne de fieras", en los jardines del Retiro. La película la habíamos empezado el jueves, 16 de julio. Yo era autor y realizador. E intérprete de un papel especial. Como veis, no me quedaba tiempo para aburrirme.

Durante la tarde del sábado, se había rumoreado mucho sobre una sublevación fascista inminente. Pero, a decir verdad, nadie daba crédito a la cosa...

Poco después de cenar, y cuando ya me disponía a acostarme, la radio de un vecino confirmaba el hecho. El Gobierno hacía un llamamiento al pueblo, ¡al Pueblo!, con mayúscula, al Pueblo de Madrid, para que acudiera a los centros que se indicaba para aprovisionarse de armamento y municiones, para hacer frente al levantamiento militar faccioso. Luego, era verdad. Y el Pueblo madrileño no vaciló un segundo, respondiendo en masa a la llamada del Gobierno.

Share on Twitter Share on Facebook