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Estas y otras cosas de que hablaré introdujéronse en la Grecia tomadas de los egipcios; pero a los pelasgos se debe el rito de construir las estatuas de Hermes con obscenidad, rito que aprendieron los atenienses de los pelasgos primeramente, y que comunicaron después a los griegos: lo que no es extraño, si se atiende a que los atenienses, aunque contándose ya entre los griegos, habitaban en un mismo país con los pelasgos, que con este motivo empezaron a ser mirados como griegos. No podrá negar lo que afirmo nadie que haya sido iniciado en las orgías o misterios de los Cabiros, cuyas ceremonias, aprendidas de los pelasgos, celebran los Samotracios todavía, como que los pelasgos habitaron en Samotracia antes de vivir entre los atenienses, y que enseñaron a sus habitantes aquellas orgías. Los atenienses, pues, para no apartarme de mi propósito, fueron discípulos de los pelasgos y maestros de los demás griegos en la construcción de las estatuas de Mercurio tan obscenamente representadas. Los pelasgos apoyaban esta costumbre en una razón simbólica y misteriosa, que se explica y declara en los misterios que se celebran en Samotracia.

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