De los pelasgos oí decir igualmente en Dodona que antiguamente invocaban en común a los dioses en todos sus sacrificios, sin dar a ninguno de ellos nombre o dictado peculiar, pues ignoraban todavía cómo se llamasen. A todos designaban con el nombre de Theoi (dioses), derivado de la palabra Thentes (en latín ponentes), significando que todo lo ponían los dioses en el mundo, y todo lo colocaban en buen orden y distribución. Pero habiendo oído con el tiempo los nombres de los dioses venidos del Egipto, y más tarde el de Dioniso, acordaron consultar al oráculo de Dodona sobre el uso de nombres peregrinos. Era entonces este oráculo, reputado ahora por el más antiguo entre los griegos, el único conocido en el país; y preguntado si sería bien adoptar los nombres tomados de los bárbaros, respondió afirmativamente; y desde aquella época los pelasgos empezaron a usar en sus sacrificios de los nombres propios de los dioses, uso que posteriormente comunicaron a los griegos.