CXXI

No faltan otros con todo, aunque más pocos, que lo refieren de otro modo. Dicen que Oretes envió a Samos un diputado para pedir no sé qué cosa, que no expresan los narradores, a Polícrates, que echado sobre unos cojines en su gabinete estaba casualmente entreteniéndose con Anacreonte de Teos. Entra en esto el diputado de Oretes y empieza a dar su embajada. Polícrates entretanto, ora a propósito quisiera dar a entender cuán poco contaba con Oretes, ora sucediese por descuido y falta de reflexión, vuelto como estaba el rostro a la pared, ni lo volvió para mirar al enviado, ni le respondió palabra.

Share on Twitter Share on Facebook