CXXIII

Oyó Polícrates con mucho gusto tal embajada, y determinó complacer a Orales. Sediento el hombre de dinero, envió ante todo para verlo a su secretario, que era Menandrio, hijo de Menandrio, el mismo que no mucho después consagró en el Hereo los adornos todos muy ricos y vistosos que había tenido Polícrates en su mismo aposento. Sabiendo Oretes que aquel explorador era un personaje de respeto, toma ocho cofres y manda embutirlos de piedras hasta arriba, dejando sólo por llenar una pequeña parte la más vecina a los labios de aquellos, y después cubre de oro toda aquella superficie; ata muy bien sus cofres, y los deja patentes a la vista. Llegó poco, después Menandrio, vio las arcas de oro, y dio cuenta luego a Polícrates.

Share on Twitter Share on Facebook