VI

Quiero ahora indicar aquí de paso una noticia que pocos sabrán, aun de aquellos que trafican por mar en Egipto. Aunque llegan al país dos veces al año, parte de todos los puntos de la Grecia, parte también de la Fenicia, un sinnúmero de tinajas llenas de vino, ni una sola de ellas se deja ver, por decirlo así, en parte alguna del Egipto. ¿Qué se hace, pues, preguntará alguno, de tanta tinaja transportada? Voy a decirlo: es obligación precisa de todo Demarco o alcalde, que recoja estas tinajas en su respectiva ciudad y las mande pisar a Menfis, a cargo de cuyos habitantes corre después conducirlas llenas de agua a los desiertos áridos de la Siria; de suerte que las tinajas que van siempre llegando de nuevo, sacadas luego del Egipto, son transportadas a la Siria, y allí juntadas a las viejas.

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