CLXXX

Son fronterizos de los Maclíes los Ausées, pues ambos habitaban en las orillas de la laguna Tritónida divididos entre sí por el río Triton. Los Maclíes se dejan crecer el pelo en la parte posterior de la cabeza, y los Ausées en la parte anterior de ella. Las doncellas del país hacen todos los años una fiesta a Minerva, en la cual, repartidas en dos bandas, hacen sus escaramuzas a pedradas y a garrotazos, y dicen que practican aquellas ceremonias, propias de su nación, en honra de aquella diosa su paisana a la cual llamamos Atenea. Tienen creído que las doncellas que mueren de aquellas heridas, no lo eran más que las madres que las parieron, y así las llaman las falsas vírgenes. Antes de dar fin a aquel combate, cogen siempre a la doncella que por votos de todas se ha portado mejor en el choque; ármanla con un capacete corintio y con un arnés griego, y puesta encima de un carro llévanla en triunfo alrededor de la laguna. Ignoro con qué armadura adornasen a sus doncellas antes de tener por vecinos a los griegos, si bien me inclino a pensar que con la armadura egipcia, pues siento y digo que los griegos tomaron de los egipcios el yelmo y el escudo. Por lo que toca a Minerva, dicen ellos que fue hija de Neptuno y de la laguna Tritónida, pero que enojada por cierto motivo contra su padre se entregó a Júpiter, el cual se la apropió por hija: así lo cuentan al menos. Estos pueblos, sin cohabitar particularmente con sus mujeres, usan no sólo promiscuamente de todas, sino que se juntan con ellas en público, como suelen las bestias. Después que los niños han crecido algo en poder de sus madres, se juntan en un lugar los hombres cada tercer mes, y allí se dice que tal niño es hijo de aquel a quien más se asemeja.

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