CXLIII

Continuando Darío sus marchas por la Tracia, llegó a Sesto, ciudad del Quersoneso, desde donde pasó en sus naves al Asia, dejando por general de sus tropas en Europa al persa Megabazo, sujeto a quien dio aquel rey un grande elogio en presencia de la corte con la siguiente ocasión: Iba Darío a abrir unas granadas que quería comer, y al punto que tuvo abierta la primera, preguntóle su hermano Artabano cuál era la cosa de que el rey deseara tener tanta abundancia cuanta era la de los granos de aquella granada. A lo que respondió Darío, que prefiriera tantos Megabazos cuantos eran aquellos granos, más bien que tener bajo de su dominio, a toda la Grecia; palabra con que entre los persas le honró y distinguió muchísimo. A este, pues, dejó por generalísimo de sus tropas, que subían a 80.000 hombres.

Share on Twitter Share on Facebook