CXV

Dejáronse los jóvenes persuadir por estas razones, y después que hechas las reparticiones de los bienes paternos volvieron a vivir con sus Amazonas, ellas les hablaron de nuevo en esta forma: —«Mucha pena nos da y nos tiene en continuo miedo pensar que hemos de vivir por esos vecinos contornos, viendo por una parte que hemos privado a vuestros padres de vuestra compañía, y acordándonos por otra de las muchas correrías que hicimos en vuestra comarca. Ahora bien; ya que nos honráis y os honráis a vosotros mismos con querernos por esposas, hagamos lo que os proponemos. Vámonos de aquí, queridos; alcemos nuestros ajuares, y dejando esta tierra, pasemos a la otra parte del Tanais, donde plantaremos nuestros reales.

Share on Twitter Share on Facebook