También en esto les dieron gusto los jóvenes, y pasado el río se encaminaron hacia otra parte, alejándose tres jornadas del Tanais hacia Levante, y tres de la laguna Meotis hacia el Norte, y llegados al mismo paraje en que moran al presente, fijaron allí su habitación. Desde entonces las mujeres de los sármatas han seguido en vivir al uso antiguo, en ir a caballo a la caza con sus maridos y también sin ellos, y en vestir con el mismo traje que los hombres.