Los batidores enviados por los escitas hallaron a los persas acampados a cosa de tres jornadas del Danubio. Una vez hallados, les ganaron la delantera un día de camino, y plantando diariamente sus reales, iban delante talando la tierra y cuanto producía. Los persas, habiendo visto asomar la caballería de los escitas, dieron tras ellos, siguiendo siempre las pisadas de los que se les iban escapando; y como se encontrasen en derechura con el primer cuerpo mencionado, íbanle siguiendo después hacia Levante, acercándose al Tanais. Pasaron el río los escitas, y tras ellos lo pasaron los persas, que les iban a los alcances, hasta que pasado el país de los Saurómatas, llegaron al de los budinos.