Voy a referir un incidente extraño y singular que en aquellos ataques contra el campo de Darío aprovechó mucho a los persas, y a los escitas les incomodó sobremanera. Tal fue, ¡quién lo creyera! el rebuzno de los asnos y la figura de los mulos, pues la Escitia, como antes dije, es una tierra que no produce burros, ni cría mulos, ni se deja ver en todo el país asno ni macho alguno a causa del rigor del frío. Sucedía, pues, que rebuznando aquellos jumentos alborotaban la caballería de los escitas, y no pocas veces al tiempo mismo de embestir contra los persas y en la fuga de sus escaramuzas, oyendo los caballos el rebuzno de los burras volvíanse de repente perturbados, y les entraba tal miedo y espanto, que se paraban con los orejas, levantadas, como quienes nunca habían oído aquel sonido ni visto aquella figura. No dejaba esto de tener alguna parte en el éxito de las refriegas.