LXVII

No faltan a los escitas adivinos en gran cantidad, cuya manera de adivinar por medio de varas de sauce explicaré aquí: Traen al lugar donde quieren hacer la función unos grandes haces de mimbres, y dejándolos en tierra los van después tomando una a una y dejando sucesivamente las varillas, y al mismo tiempo están vaticinando, y sin cesar de murmurar vuelven a juntarlas y a componer sus haces; este género de adivinación es heredado de sus abuelos. Los que llaman Enarees, que son los hermafroditas o afeminados, pretenden que la diosa Venus los hace adivinos, y vaticinan con la corteza interior del árbol teia o tilo, haciendo tres tiras de aquella membranilla, envolviéndolas alrededor de sus dedos, y adivinando al paso que las van desenvolviendo.

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