Después de oír a los escitas hablando de sí mismos, de su país y del que se extiende más allá, oigamos acerca de ellos a los griegos que moran en el Ponto Euxino. Cuentan que Hércules al volver con los bueyes de Gerion llegó al país que habitan al presente los escitas, entonces despoblado: añaden que Gerion moraba fuera del Ponto o Mediterráneo en una isla vecina a Gades, más allá de las columnas de Hércules, llamada por los griegos Erithrea, y situada en el Océano, y que este Océano empezando al Levante gira alrededor del continente; todo lo que dicen sobre su palabra sin confirmarlo realmente con prueba alguna. Desde allá vino, pues, Hércules a la región llamada ahora Escitia, en donde como le cogiese un recio y frío temporal, cubrióse con su piel de león y se echó a dormir. Al tiempo que dormía dispuso la Providencia que desaparecieran las yeguas que sueltas del carro estaban allí paciendo.