Una vez formados los griegos en sus filas, parten sin dilación hacia el enemigo, al tiempo mismo de ir al choque, y vuela por todo el campo ligera la fama con una fausta nueva, y deja verse de repente en la orilla del mar una vara levantada a manera de caduceo. La buena noticia volaba diciendo que los griegos en Beocia habían vencido al ejército de Mardonio. Ello es así, que los dioses con varios indicios suelen hacer patentes los prodigios de que son autores, como se vio entonces, pues queriendo ellos que el destrozo de los bárbaros en Micale coincidiese en un mismo día con el ya padecido en Platea, hicieron que la fama de éste llegase en tal coyuntura, que animase mucho más y llenara de valor a los griegos para el nuevo peligro, como en efecto sucedió.