CIV

Habían los persas, como dije antes, apostado en los desfiladeros y sendas del monte a los Milesios, con orden de guardarles aquellos pasos con el objeto de que en caso de tener mal éxito la acción, como en efecto tuvo, sirviéndoles de guías los Milesios, les condujesen salvos a las eminencias de Micale, pues a este fin, no menos que con el de precaver que no intentasen novedad alguna incorporados en el ejército, les habían destacado allí los persas. Pero los Milesios obraban en todo al revés de lo que se había ordenado, pues no sólo guiaban por las sendas que iban a dar con el enemigo a los que pretendían huir por la parte opuesta, sino que al fin fueron ellos mismos los que mayor carnicería hicieron en los bárbaros. De este modo se levantó de nuevo la Jonia contra el persa.

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