XCII

Concluir estas palabras Leotiquides y empezar aquella empresa, todo fue uno: porque los embajadores samios, interponiendo al instante la solemnidad del juramento, aseguraron que los de Samos entraban en la liga con los griegos, y Leotiquides por su parte se dispuso a la expedición sin pérdida de tiempo, mandando a los demás enviados que diesen la vuelta a su patria, y que se quedase en la armada Hegesístrato, cuyo nombre le había parecido de feliz agüero. Así que los griegos, no detenidos allí más que aquel día, al siguiente se hicieron a la vela, viendo que los sacrificios salían en extremo favorables a su buen harúspice y adivino Deifono, hijo de Evenio y natural de Apolonia, la que está en el seno Jonio.

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