Ejecutando ya la retirada, llególe a Mardonio otro correo al tiempo mismo de la marcha, dándole de antemano aviso de que hacia Megara se dirigía otro cuerpo de 1.000 lacedemonios. Vínole con esto el deseo de probar fortuna para ver si le sería dable apoderarse de aquel destacamento: mandó, pues, que retrocediera su gente, a la cual indujo él mismo hacia Megara, y adelantada entretanto su caballería, hizo correrías por toda aquella comarca. Este fue el término y avance hacia Poniente donde llegó en Europa el ejército persa.