XLI

Informado Milcíades de que los fenicios se hallaban ya en Ténedos, cargando luego cinco galeras de cuantas riquezas y preciosidades tenía a mano, hízose con ellas la vela para Atenas. Salido, pues, de la ciudad de Cardia, iba navegando por el golfo Melas, costeando el Quersoneso, cuando con sus galeras se dejaron caer sobre él los fenicios. Por más caza que le daban, pudo Milcíades escaparse con cuatro de sus naves y acogerse a Imbro; pero fue apresada la quinta, en la que iba por capitán Metíoco, su hijo mayor, habido, no en la hija del rey de Tracia Oloro, sino en otra esposa. Sabedores los fenicios de que el capitán de la nave apresada era hijo de Milcíades, le presentaron al rey creídos de que iban a hacerle en ello el más grato obsequio, por cuanto Milcíades había sido el que dio a los señores de la Jonia el voto de que lo mejor era condescender con los escitas, cuando éstos los pedían que disuelto el puente de barcas diesen la vuelta a su patria. Darío, después que tuvo en su poder a Metíoco, hijo de Milcíades, presentado por los fenicios, no sólo no le trató como enemigo, sino que la colmó de tantas mercedes que le dio casa y bienes, casándolo con una señora persiana, y los hijos que en ella tuvo son reputados como persas.

Share on Twitter Share on Facebook