Hechos, pues, prisioneros los Milesios, fueron desde su patria llevados a Susa. El rey Darío, sin ejecutar en ellos otro castigo diferente, los colocó cerca del mar Eritreo en Ampa, ciudad por la cual pasa el río Tigris, que desagua en el mar. Las heredades suburbanas de Mileto las tomaron para sí los persas, dando las tierras altas del país a los carios de Pedaso.