Teniendo ya Histieo en su escuadra no pocos combatientes, jonios y eolios, desde Quío se fue contra Taso. Estaba ya sitiando esta plaza, cuando por el aviso que le vino de que los fenicios, dejando a Mileto, salían contra las otras ciudades de la Jonia, dióse mucha prisa en partir con toda su gente hacia Lesbos, sin llevar a cabo la expugnación de Taso. Entretanto, la falta de víveres que padecía su ejército, le obligó a pasar al continente con ánimo de segar las mieses, así del territorio Atarneo como del campo Caico que pertenece a los misios. Pero quiso entonces la fortuna que se hallase en aquellas cercanías con un numeroso ejército Hárpago, general de los persas, el cual, en una batalla que allí se dio, muerta la mayor parte de las tropas enemigas, logró apoderarse de la persona de Histieo, que fue hecho prisionero del modo siguiente: