CCXXII

Despedidos, pues, los aliados obedientes a Leonidas, fuéronse retirando, quedando sólo con los lacedemonios, los tespienses y tebanos. Contra su voluntad y a despecho suyo quedaban los tebanos, por cuanto Leonidas quiso retenérselos como en rehenes; pero con muchísimo gusto los tespienses, diciendo que nunca se irían de allí dejando a Leonidas y a los que con él estaban, sino que a pie firme morirían con ellos juntamente. El comandante particular de esta tropa era Domófilo, hijo de Diadromas.

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