Jerjes, sin atender a ninguno de los dos prodigios, continuaba su camino conduciendo consigo el ejército. La armada naval, fuera ya del Helesponto, navegaba costeando la tierra con dirección contraria a las marchas del ejército, dirigiendo el rumbo a Poniente hacia el promontorio Sarpedonio, donde tenía orden de hacer alto. El ejército marchaba por el Quersoneso hacia Levante, dejando a la derecha el sepulcro de Hele, hija de Atamante, y a la izquierda la ciudad de Cardia. Pero después de atravesar por medio de cierta ciudad llamada Agora, torció hacia el golfo Melas, como se llama, y al río llamado también Melas, cuyos raudales no fueron bastantes para satisfacer al ejército y quedaron agotados. Y habiendo vadeado dicho río, del cual toma su nombre aquel seno, dirigióse a Poniente, y pasada Eno, ciudad de los eolios, como también la laguna Estentórida, continuó su viaje hasta Dorisco.