XLIV

Estando ya Jerjes en Ábidos, quiso ver reunido a todo su ejército. Habían levantado los abidenos encima de un cerro, conforme a la orden que les había dado, un trono primorosamente hecho de mármol blanco, allí cerca de la ciudad. Sentado en él Jerjes, estaba contemplando todo su ejército de mar y tierra esparcido por aquella playa. Este espectáculo despertó en él la curiosidad de ver un remedo de una batalla naval, y se hizo allí una naumaquia en que vencieron los fenicios de Sidon. Quedó el rey tan complacido por el simulacro del combate como por la vista de la armada.

Share on Twitter Share on Facebook